Lo que llevas
no debería ser determinado por lo que piensen los demás
Tengo dos lemas en la vida que intento seguir, más bien dos dichos o frases
que me gustan; una es: “Lo que no quieras
que te hagan, no lo hagas tú” y otra:
“Deja que los demás sean mejores que tu”.
Siempre puedes aprender de ellos, y
puedes decir que son tus amigos, creo que muchas veces nuestra riqueza
está en poder aglutinar a gente distinta, estupenda y fascinante a nuestro alrededor.
He conocido gente súper valiosa en su ámbito
profesional y personal. Gente que en la cercanía es fantástica. Quizás, muchos
de ellos sin saberlo (la mayoría). Suelen coincidir todos ellos en una cosa: nunca piden nada. No utilizan a las personas como herramientas
para conseguir sus objetivos, sino que simplemente te respetan y te cuidan.
Suelen ser tímidos y algo retraídos en el ruido, pero cercanos y expresivos en
el silencio, eso sí, demostrando tener una gran personalidad, por eso están cerca,
jamás te juzgan.
Son
gente directa, no tienen nada que temer ni esconder, no hay doblez de
papeles. No pretenden vendernos algo, o hacer un buen contacto para
el futuro o presentarnos a un familiar que necesita un cable. Si lo
necesitan lo piden. No son gente de peana.
Me
gusta la gente que aporta luz. He
aprendido que no se puede juzgar a la gente ni por anticipado, ni por apellido,
ni por disciplina… su camino lo trazan con su discurrir mundano. Las personas caen bien por las huellas dejadas, por
ser afables y cercanos. ¿Quién no conoce
algún gánster/ delincuente/ geta/
aprovechado de cuello duro? Yo alguno conozco. Y ¡¡¡qué miedo!!!
Reconozco que me encanta pavonearme cuando me rodea un clima
de surrealismo. Pero esto raramente
sirve para nada más que para sentirnos mejor con nosotros mismos…no van a ser todo desgracias, un poco de vanidad nunca
viene mal.
Aunque la primavera se supone que debe
estar en camino, el frío ha roto aquí en Zamora con fuerza. El invierno arrasa.
Vestirse es cada vez monótono y estoy listo para cualquier cosa que pueda hacer
para animar las cosas un poco. Una corbata hecha de algo que no sea el
tradicional tejido de seda,….busco algo para añadir profundidad, textura, color
a cualquier cosa que de luz y calidez al
invierno.
Tuve la suerte de pasar unos días en
Madrid, me anticipé a comprar una capa muy peculiar y personal con un tejido fantástico. - las
prendas se compran, no se cogen- que
algo de calor y sobre todo color me aporta, a este duro invierno de nieblas y
frio. Uno no tiene que ser alto o guapo para ser
chic o elegante: la confianza, el coraje, el encanto y la amistad van dentro de esa capa, no me juzguen por mi aspecto de Sherlock
Holmes, sino por mis actos. Abre esa capa y encontrarás… estoy deseando que pase esta ola de
nostalgia y aburrimiento que me azota y que ha encontrado su punto más alto con
diez días seguidos de niebla. ¡Ya queda menos!
Y
esa gente jamás me juzgan, más bien me arropa y da tanto calor como la capa.
¡Así
estoy hoy!.