4/03/2019

Y volvió a discurrir por las calles de Zamora

Y volvió a discurrir por las calles de Zamora

Y volvió a discurrir por las calles de Zamora. Una gran cantidad de fieles, flores y la alegría de una nueva vida… En la mañana de Pascua sólo se escucha un grito: ¡Cristo ha resucitado! El eco de este acontecimiento, que surgió en Jerusalén hace veinte siglos, continúa resonando en nuestros días, después de comprobar en las primeras horas de la mañana que el sepulcro habita vacío.

Zamora ve el discurrir de la cofradía de forma primorosa. Los zamoranos fueron contagiándose de ese caminar rompedor, sereno y con la fuerza que Jesús Resucitado imprime diciendo, ¡Aquí estoy¡¡ soy yo, el que partía del pan y compartía el vino, seguidme por la rúa, que vamos a buscar a mi Madre. Ese transitar casi concéntrico del desfile, dibuja un corazón, trazado al unísono con alegría y dolor, un dolor, el de la Madre y la emoción desbordante de ver a Jesús por encontrase con ella.

Y volvió a discurrir por las calles de Zamora…. Pasaron los días, el estío, el frío… y la vida continúa en nuestra ciudad. Lamentablemente, el subidón de arranque por la Resurrección no aguanta. Nuestras fuerzas flaquean. El aleluya pascual contrasta con los lamentos y el sufrimiento diario. Son muchas las situaciones dolorosas: La soledad, la diáspora, el paro, las enfermedades, las ausencias y más soledad.

Esta tierra nuestra del otro lado del río, reclama lo suyo. No cesa, no se cansa, siempre quiere más, nunca se satura. Y va poco a poco convocando a los nuestros; Paquita, Gabino, Luis, Salvador, Jacinto, Tomas, Miguel, Eugenio… que tantos años con tanto agrado y gratitud se disponían para acompañarte. Ahora ya caminan delante de nosotros. Nosotros enmudecemos entre lágrimas.

Yo sé, que estos y otro hermanos nuestros, ya están a tu derecha, que su vara floreada te hizo distinguirlos. Es la rúbrica que nos distingue, somos gente entusiasta, con ganas de vivir, de ver la vida con optimismo y sobre todo con una Fe que nos arropa en las adversidades. Esta Fe se basa en el testimonio de los que un día vieron la losa removida y el sepulcro vacío.

El Encuentro en La plaza volvió a abarrotarse para contemplar esta cita majestuosa, propio de reyes, con baile principesco. Es la Sobriedad que huye de la mediocridad, que unos días antes condenan a Jesús bajo el silencio de Poncio Pilatos. Es el Encuentro que da sentido a la Fe. Cientos de personas son testigos del momento cumbre, cuando la Virgen deja su manto de luto y saluda a su Hijo. Es la fuerza de la Fe en evocación teatral.

La bajada por Balborraz es una explosión popular de alegría que se manifiesta en una de las celebraciones más multitudinarias y coloridas que como dice la canción suena a despedida. Mayores y niños dan las últimas carreras en la cuesta, quieren ver la entrada de la Virgen del Encuentro y Jesús Resucitado en Santa María de la Horta. Es el último cartucho de Fe que clausura una Semana Santa llena de belleza y Verdad.
Feliz Pascua a todos.