10/06/2010

Disfruta y feliz Pascua


Desde el mes pasado estoy ansioso (dos día tuve que tomar Lexatin) cuando en la revista AD anunciaron que en el próximo número tendríamos un reportaje de la casa Pascua Ortega (PO). La conocía por otras publicaciones, pero seguro que algo encontraría nuevo.
Ya había visto/leído muchas casas y hoteles en revistas. Siempre coincido: es único y genial. Abro las revistas, las leo, las releo, las vuelvo a mirar, tiro de biblioteca y vuelvo a disfrutar con sus creaciones.
Es la primera figura, es jugar sobre seguro, ganar siempre. La máxima expresión de la elegancia. Quien haya seguido su trayectoria observa y encuentra algo que lo define y distingue. Yo que soy aficionado y estoy enganchado al interiorismo, siempre encuentro “un algo”…. sus molduras, sus techos, telas, sus colores…. Nunca son iguales. Todo es distinto pero tiene un denominador común, no se cuál es, pero existe. Sus casas tan distintas. Huyen de la de mediocridad en todas sus vertientes. Se alejan de lo convencional, pero nunca resulta estrambótico, es siempre calido y cómodo. Invita a quedarse.
Deambula por la arista, ésa que separa el exceso de la nada. Lo hace sin complejos, sin multiplicar el éxito alcanzado en un proyecto. No habría genio, sería estadística, bien por cinco, cinco bien… Él no es así, estaría fantástico, pero no sería genial.
Él es el artífice de que muchos Paradores se quitaran la caspa de Tizonas de Toledo, bargueños de medio pelo y armadura con poca historia y se adaptaran con toda sus historia a los nuevos tiempos. Creo que su secreto debe ser la suma de imaginación, ilusión y respeto al carácter del cliente y el medio.
No descarta nada: antigüedades de alta época, elementos rústicos, cerámica popular, colores, distribución de los espacios. Combina lo moderno con magisterio y siempre con una iluminación tocada por los dioses.
Diré más; es confort, es calidad, es elegancia, es didáctico, es maestro, dinámico, aristocrático, es vida, movimiento, relax, excepcional, revolución, es tuyo, de aquí, nuestro y puedes pasar una aspiradora y limpiar el polvo.
Creo que es el artífice de la evolución de interiorismo en España, el responsable de que muchos nos fijemos como aficionados en sus creaciones y movamos los muebles de nuestras casas, buscando ese toque que nunca llega, porque no somos PO, pero lo intentamos.
Nuestros hijos deberían tener un capitulo dentro de historia del arte que se llamara Pascua Ortega. Que les cayera en los exámenes siempre. Mejor sería nuestro entorno. Tendríamos menos vistas a psicólogos, a psiquiatras. Muchas veces nuestras casas son la raíz de nuestra locura. Mi terapeuta me recetó Gin-Tonic, sillón, Isabel Luna, Julio, Raphael, y hojear revistas/libros que hablen de Pascua Ortega. Siempre da serenidad.

2 comentarios:

Zârck. dijo...

Es otro modo de ver la estética de una casa, que desde luego no coincide en nada con el mío.

Josué dijo...

Si, son modos y formas distintas de ver la estética. Lo importante es poder elegir aquello que nos gusta y que nos hace felices. A mi me gusta la parte mas barroca de PO. Es un gran creador, él se adapta a los gustos de sus clientes de una forma muy sorprendente. Te diré, que otra casa que tiene en el Ampurdan es completamente distinta; vacía, blanca austera, casi espartana.
Y gracias por asomarte .