1/20/2011
Prudencia, pisa el freno, recapacita.
Prudencia, pisa el freno, recapacita.
No salgo de mi asombro, incluso me pongo colorado cuando la gente habla de dinero. Sí, vulgarmente, dinero. Y no es más que un instrumento necesario para vivir lo mejor posible. Poder acceder a una buena educción y a una mejor cultura. ¡Utilízalo bien! y no caigas en errores. Huye de la mediocridad que nos rodea. Pisa el freno y recapacita sobre todo aquello que ves y oyes. No te involucres… sepárate de comentarios como éstos. Cabeza lúcida.
¿Quién no ha sido increpado con preguntas y comentarios como... Cuánto factura tu empresa? ¿Cómo lo hace? ¿Tienes liquidez, crédito? ¿Cómo quedó la viuda? ¿Qué finiquito te han dado? Y los más atrevidos y osados ¿Cuánto ganas? ¿Hipoteca? ¿Financiado? Todo esto es real y odioso. En esos precisos momentos me dan ganas de saltar, dar patadas, correr y brincar para asegurarme que no estoy soñando. Luego me doy Ventolín (estoy desenganchado), me ahogo con estos comentarios tan peculiares.
Habitualmente, me reúno por motivos de trabajo con comerciales, proveedores y distribuidores. Gente que sabe muy bien su oficio, conoce perfectamente su producto (los más) pero, a veces, llega el charlatán que se cree agente comercial. ¡Ojo! un comercial no es ningún charlatán que habla sin parar de lo que le da la gana. Hablar por no callar. Se cuelan los charlatanes. Los hay muy descarados. Una cordialidad excesiva. En una ocasión, uno se quitó la chaqueta, la colgó, como si fuera su dormitorio, cruzó piernas y se recostó; ademanes de exceso. Una mala palabra, un comentario de más, un mal gesto, una mala sensación les perseguirá allá donde vayan. Prudencia saber.
Qué equivocados están, aquéllos que creen que los agentes comerciales deben ser parlanchines. Magníficos comerciales aquéllos que son cautos, que crean, con el tiempo el clima necesario y sobre todo que tienen muy claro su producto, saben de tus necesidades. El otro día uno me dijo… “He hablado con la sociedad de crédito y disponéis de crédito.” Y yo mudo, sin palabras, éste es un metepatas… "Me parece muy bien que consultes, pero ¡idiota! no me lo digas". Le podía retorcar yo: "He consultado con “El Huracán” y su mujer no trabaja… qué bien". Sobran determinadas aclaraciones, sobre todo cuando se establecen alianzas comerciales. Relaciones sociales.
Los recién llegados, tienen/quieren abrirse un camino fructífero. Siempre buscan un apellido, una corona ducal, condal o cualquier estela que dé brillo y compostura a su figura y a su negocio. Prudencia en lo personal y en lo profesional. Llegan a contratar un “personal shoppers”, bastón en el que apoyarse y solución social para sus ausencias. Sabios, saben de sus carencias. Ausencia de personalidad. Los negocios se cierran fuera de las oficinas, alianzas sociales, una buena reunión. Estar en los sitios es muy importante. Hoy "lo más" es ser amigo de un museo, colaborar con alguna causa u organización con cierto prestigio (ya diré...) y nunca de ONG´S. Son puertas abiertas para triunfar socialmente.
Repito. No está bien, creo yo, comentar, lo que te cuesta un cuadro, una cena, un hotel, una pluma, una casa....etc. Y es pan de cada día. No se debe exhibir este tipo de comentarios y menos cuando es a costa del erario público, una estafa, un pelotazo o trata de blancas. Algunas veces da vergüenza ver a estos personajes.
Siempre, mejor la mesura y nunca el derroche, organizar actividades sí, seamos austeros. Sí a la vida sociedad, no a los palcos de tenis, toros, Fórmula 1... Los semipopulares y advenedizos se matan y hacen todo por pisar estos sitios. Más cuando es imposible conseguir entradas. Las reuniones, cacerías, amigos y negocios sí. Los escaparates, para otros.
Me comentaba no hace mucho tiempo, el propietario de una tienda de regalos y antigüedades, que entre sus productos ofertan listas de boda, me comentaba lo sorprendido que estaba con algunos de sus clientes. Las actitudes zafias que muestra la gente con el dinero,- algunos con una apariencia fantástica y apellidos buenísimos- pensé yo. No sabes tú bien, la cantidad de malos hábitos que tienen muchos. Tanto por recuperar, tanto por aprender y separados por algo tan básico como ser prudente, escuchar y hablar bien. No me dio nombres. “Te sorprenderías de la arrogancia y las expresiones a ratos malhumorada; dan una imagen algo deplorable".
Pues eso, ser prudentes, saber hablar y de qué, sí es ser elegante y educado. No ofender y modestia deben ser el efecto final, otomán de seda para vestir nuestro comportamiento y lenguaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario