¿Qué
está pasando? ¿Dónde están la ayuda y las buenas formas?
Sí,
ahora que está todo tan revuelto, que estamos tan nerviosos, que el sol no
termina de salir, nos damos la espalda unos a otros. ¡Qué situación! Es tan
calamitoso el estado moral y social del país… más nos valía recitar letanías en
latín, antes de que se nos olvidasen. Somos unos impresentables. Claro, que la
cosa cambia si recibimos una invitación que diga: "Se servirá un
espléndido cóctel seguido de una cena colosal, con baile flamenco y actuaciones".
Todo el mundo en ese caso está encantado y como se pueden imaginar, el
comentario será: "¡Qué maravilla de fiesta y qué divertida!" Pero no
es el caso.
Deberíamos
ayudarnos, darnos ánimo, buscar soluciones o, por lo menos, dar nuestra mejor cara.
Y no todo lo contrario. Esta mañana fui testigo de un abuso de poder
sicológico. Una señora de unos ochenta años, una superviviente de la tempestad
en la que vivimos, se acercó a una sucursal de Caja España. Se sentó en una
mesa: había cuatro y ninguna atendida. Desde la ultratumba –de la que nunca
debió salir– emergió una “tía”. En plan de gobernanta de casa mala. O de hostal
con servicio de siesta caliente. "¡Siéntese allí!". Comenzó para la
anciana señora su particular penitencia diaria. "¡Dígame!" Quisiera
una copia de un recibo de junio de 2012… camino del calvario.
La
tipeja que la atendió, nunca se vio en otra. A cebarnos con el débil. Debió de
ser traumático para esta tía, la transición de vivir rodeada de estiércol a
pasar a la calle Santa Clara –no supera y no asume sus orígenes entre purines.
Se alimentó de rencor y la mala leche desde niña, o en su etapa en el hostal,
que todo es posible.
Ninguna
educación vestida de tintes de pelo amargo. Comenzó con un "¡¡Esto tiene
un coste!!", "esto tiene un coste"… hasta cuatro veces. Me
dieron ganas de … Esta mañana hubiera
debido tirar de Trankimazin.
Este
tipo de personas no tiene ningún reparo en mentir si es necesario para
conseguir lo que quieren. Pisar fuerte, muy fuerte... claro está, con el débil.
La anciana señora se desvivía en aclaraciones, sin ser pesada, –me enteré de
todo mientras esperaba turno– cosa que podríamos entender, se abrió en canal,
dio todo tipo de explicaciones a la empleada de la sucursal, sin atisbos de
demencia. Que era viuda desde hacía pocos meses, que su marido era quien había
llevado todos los temas… "¡Esto tiene un coste!" Me hace falta la
copia del recibo…. Pero es que esto tiene un coste. Y remataba con "Usted
comprenderá que no voy a parar una oficina para buscar su recibo". ¡NO VOY
A PARAR una oficina bancaria…!
Tía
puta, es tu obligación que para eso le estás cobrando por un servicio. ¡Qué
pena! se nos olvida que se debe emprender, trabajar más con el corazón que con
la cartera… claro que así nos va.
Me
hubiera gustado que escucharas la súplica, que por un momento te hubieras
sentado en el otro lado de la mesa. Que intentaras ser más amable con alguien
que lo necesita. Eso sí, ya no te acuerdas cuando ofrecías un producto estrella
sin riesgo ninguno y con un 8 o un 10% de beneficio a esa misma gente a la que
hoy le dices que tiene un coste. ¿No recuerdas? ¿Te suena la palabra
Preferente? ¡Manipuladora¡ Eres despreciable. No tienes caridad.
Consolémonos,
pensando que no todos los empleados de banca son iguales, ni mucho menos, más
bien al contrario. Qué mejor satisfacción que prestar nuestra ayuda a quien de
verdad lo necesita. Es súper enriquecedor. Como bien dice hoy Patricio en su artículo semanal.
Claro, que otra cara pondrías si llevara puestas las alhajas de la Montiel, ¿No
crees? O te indicara transferencia a lugares que nos sabes situar en el
Mapamundi. Tu mirada, entonces sería cautivadora y con una buena sonrisa. Cómo explicar
que los modales, el tono, la comprensión... son tan importantes y todavía más
con clientes y en la adversidad. Hubieras encontrado una satisfacción personal
impagable. Pero allá cada cual…
Con
estas cosas y tantas emociones, estamos como para dejar la medicación. Después
de este desagradable suceso, tendré que ingerir media botella de vino Loess, o
Mantel Blanco, pero en plan medicinal. Pensaré en combinar los más coloridos
pantalones con camisas discretas… Al menos tendré la gran seguridad del acierto
y me olvidaré de lo que no me gusta. Es terapia personal.
5 comentarios:
Banco Popular, saco dinero en el cajero, me cobran 4€ de comisión por no ser de la entidad....entro y les digo que por favor me cambien los billetes pequeños por algo mas grande (el cajero me suelta 200€ en billetes pequeños) y me dicen que NO. Si usted no es cliente de Banco Popular, no cambiamos billetes ni nada. Aire. Váyanse a la mierda. en ¿Qué está pasando? Victor R
Es Verdad Victor¡ de mal en peor¡¡ un abrazo y suerte con todas tus cosaaaa
Buff!!!!!!!!!!!!!! El gran problema de la sociedad la subjetividad y el interés: doble rasero uno para lo nuestro y otro para el resto; si puedo sacar algo bien si no que le den. Que yo sepa eso no es ser un buen profesional, ni una buena persona, ni, ni ............ EGOISMO y EGOCENTRISMO y eso no nos va Josué. Creo que somos marcianos, si es así prefiero MARTE.
Liberar al mundo de toda clase de charlatanes es realmente obra muy digna de ser realizada. Son los tales la plaga única del mundo, y sin ellos dejaría de ser un mundo diabólico, miserable y maldito, comenzando a convertirse en un mundo divino, estancia de un bienestar siempre creciente. Thomas Carlyle
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