2/16/2011

Silencio, sí


Ante la adversidad, me vengo abajo. Sí. Por más que lo intento no lo puedo remediar.

Los que ya me conocéis bien, lo sabéis. Mi cara, con los disgustos o sorpresas inesperadas es un poema. Cambia en un minuto mi expresión. Soy un rompecabezas, cambio de forma radical. En seguida me vengo abajo. Una fuerza me posee. Me quedo frío, desconsolado. Mi primera palabra es furia y fuego por mi boca. Mejor esperar para hablar. Se puede herir por no saber o por no poder digerir una mala noticia.

Quiero estar solo, quiero pensar. En esos momentos todo lo que me viene es disparar a matar. Cuchillos van y vienen. ¿Control? imposible, estoy tirado por caballos desbocados, busco la medida, la reflexión. Pero no la encuentro. Me envuelve el mal, me arropa la ira. Mejor en otro momento.

Cuántos problemas me crea. Si me dominara, ¡sería tan feliz y haría tan felices a los que me rodean! Comienzo a calmarme y a ver salida cuando me pongo en las manos Divinas. De verdad, es sosiego. Santa Rita, San Nicolás, San Antonio, Santa Teresa (mis dos hijas llevan ese nombre). Teresa de Jesús, es más siempre. ¡Me ayudan tanto! Me dan la tila que necesito. Ellos sí que saben. Con dos silencios dan salidas a mis encrucijadas y laberintos. La verdad es que tengo suerte. Tengo y siento la fe, pero no es un mérito mío. Fue cosa de mi padre. Él hablaba de Dios, de la Santísima Virgen y de que existe un mundo más allá, esto es de paso, con muchas lagrimas pero también con muchas alegrías, que merecen vivirlas.

Me da igual el tema. Fiebre de mis hijas, un retraso (¡puntualidad!), una cancelación… algo inesperado. Los contratiempos y las sorpresas no los supero y no me gustan. Por suerte, estos borrones me duran poco. Si no, reconozco que sería un infierno para los demás y para mí. Es un vacío inmenso, es hundirte…. ¿Cómo superarlo? Pues con un poco de tiempo, con gente y con la ayuda divina. Me encierro, soy cuadrado, revolcón. Quiero mirar y no puedo ver más que luego. ¿Es pasión? No, es infierno, son los peores instintos. ¡Pasión es amor!

Está mal decirlo, pero yo creo que soy buena gente. Me descubro ante vosotros o mejor, a veces me veis distante, a veces altivo, soberbio. Y pude ser que en mis momentos bajos esos pecados me tomen. Me duele ser y que me percibáis así. Pero yo no soy ése. Me gusta la gente, pasadlo bien, no me gusta la osadía ni el descaro, o depende del día. Incluso puede hacerme gracias. Pero quiero entregarme. Necesito dar.

Me gustaría tener muchas más actividades y relaciones sociales, pero el día a día, la pereza, y el trabajar me lo impiden. Me gustan las personas buenas. Disfruto rodeándome de gente positiva, que me hace sentir bien y me dan Paz. La paz es importantísima. Para tener paz hay que estar sosegado, tranquilo, ser un ser en potencia, bueno. Hay que cocinarlo, tiene que salir de dentro. Es muy difícil tener paz si no eres bueno. La culpa de mis males es mía. Es hora de conocer nuestras debilidades y convertirlas en fortaleza. Haré un esfuerzo. Venceré la pereza, me organizaré mejor, pues es necesario para mi paz interior y mis relaciones sociales. Me ayudan a mitigar las penas y a crecer mejor. Quiero olvidar el infierno, quiero ser potencialmente bueno. Mentir y decirme que sí. Soy frágil, sensible. Mentidme, necesito tener vuestra fuerza. No me gustan las críticas negativas. Prefiero el silencio. Sí, también soy cobarde. Olga escucha mis silencios. Me conozco. Utilizo esta terapia. Escuchar buena música de fondo, ¿bulerías de "La Luna"? Es muy buena opción. Para la alegría.

2 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Tú distante?? Tú altivo?? Tú soberbio??? JA!

Te quiero, amigo. Besos para tí, para Olga y para las pequeñajas. :)

Josué dijo...

MUA Y GRACIAS POR TODOOOOOO. HERMOSA