10/26/2011

A tumba abierta







Hace tiempo que sé que en el mes de noviembre se pone la noche. Los puñales de plata bajan en busca de lo suyo. Siempre reflexiono sobre la vida y la muerte, llega la luna y damos la espalda al azahar. Las trancas echadas. Cerramos balcones y ventanas, cortinas cerradas, entonación de la puerta. Es hora de oscuridad. ¡Cuídate!

Hoy incluso me atrevo e imagino mi catafalco expuesto y abierto, vestido con mi túnica gris desdibujada de la cofradía de Jesús Nazareno. Aunque no descarto el terciopelo rojo del Silencio- poco apropiado para la ocasión, pero tan alegres para el nuevo camino- lo tengo que pensar.

El lugar elegido podría ser el Palacio de Cibeles, que tan de moda se ha puesto para organizar eventos, si fuera en Madrid. Tendré que dejar una asignación para este tipo de eventos pues por muy “pepero” que sea, nada es gratis. Y si fuera en Zamora; algo austero pero contundente. El convento de las Clarisas “El Tránsito”. Sor Mercedes rezará por mí, no lo dudo. Ella es buena y generosa, vida contemplativa por los demás. ¿Quien da más?.
Hijas, no me dejéis esa noche, velarme, que eso debe ser horrible, todo lleno de almas sin descanso… nada, aguantar como sea. Lo mejor para acompañar y levantar el ánimo una cubitera con hielo, gin y agua tónica, siempre ayuda y levanta el ánimo y no al muerto, y de vez en cuando miráis por si acaso.

Recuerdo a mi padre contándome unas exhumaciones…. –muerto de miedo y lleno de esperanza- y cómo su tía estaba incorrupta y aseveraba: ¡¡¡prueba de santidad!!!, era una santa, sufrió mucho. Con los años he ido perdiendo miedo a la muerte, no del todo y sí a los muertos. En uno de esos paseos por el cementerio de San Atilano, recuerdo a unos señores haciéndose una foto con otro incorrupto en la tapia… sí, lo que estáis leyendo: exhumación para foto de familia, ahora y por fin completa. Uno tieso con ropa pegada y los demás dando vuelta a su alrededor en distintas poses. ¡¡¡Creedlo!!! Por supuesto, que salí corriendo.

Llega la hora de las despedidas, ¿quién le quita la cruz, el reloj y la alianza? ¡Y las prótesis de titanio!... ¡¡¡ una pasta en el mercado, las piezas dentales de oro!!! Se arma la mundial en un momento, todo corre. Se va, pero todo esto ya no lo necesita y en un momento…. Visto y no visto. Rápido desaparece el objeto. Pío, pío que yo no he sido. Alguien de mi familia tiene una magnífica pulsera con piezas de oro que es la envida de cualquier acto social. Lo que ya no sé, si también deja la pulsera en “Corega” por la noche e incluso si tiene restos… pues ya seria un problema para el engastador.

Y después, la ceremonia y camino hacia el mas allá. Para la eucaristía dejaré escrito que las señoras tengan que ir con traje de cocktail (negro o blanco e incluso alivio) y los señores de oscuro. Estoy hasta los mismos… de ir a funerales y ver que la gente va vestida como para ir al supermercado, ¡¡¡ joder!!!, que es una despedida casi solemne, no vengas con la chancla, el vaquero y la camisa abierta… respetemos las tradiciones y las ocasiones. Dignidad.

Por favor, dejad un lugar destacado y digno para S.A.R. Doña Elena- ya la veo con su pelo recogido en forma de trenza- que seguro que me dice adiós y de fondo esta vez que suene Jeanette, “Porque te vas”. Doña Elena lo aprobará. Ella es fantástica. Ofrecer una coca cola light a S.A.R – le encanta y lo disfrutará.

Todo preparado, un funeral completo, agua bendita derramada sobre mi cuerpo pecador, con ataúd y coche fúnebre dignos-, ¡Qué pena de coche de caballos! Me gustarían misas y más misas y quiero “las gregorianas”. Nada de tres, eso y nada es lo mismo. Tengo mucho que penar. Todo será poco para paliar mi soberbia. Pocas flores y muchas oraciones. No tengo ganas de andar penando por cualquier casa de la rúa de los francos en busca de descano y oración. Mejor todo seguido. Nada de una limusina para trasladar a los familiares, seria un gran disgusto, en mis últimas horas algo tan hortera y además no es muy chic.

Efectivamente será ver la luz eterna, disfrutar de la presencias de Dios eterno, pero pese a que para los católicos es y se supone un día feliz, No hace falta ni arroz ni pétalos para festejar la despedida. Y sí una oración para que San Pedro esté alerta con todo abierto y nos abra rapidito, no tengo ganas de perderme por el camino.

Tendré que pagar por ser a veces divertido y otras un sieso e intolerante a más no poder, como corresponde a mi carácter casi bipolar o ciclotímico. Cien por cien vanidoso, sin embargo, según apuntan los que me conocen, servicial, generoso y sentimental, que no semental. Creo no ser caprichoso, pero si amante de lo bueno cuando puedo. Intentar que no caiga en el ostracismo total y absoluto, recordarme.

Lo veo, y me encantarán los corrillos de noticias tristes:
-¿Y como ha sido?
-Desgraciadamente ya no está entre nosotros,
-Parecía que estaba estabilizado,
-la noticia me sorprendió… es así, la vida es llegada y partida. Lo malo es la alteración de la normalidad, las despedidas a destiempo. Son losas inmensas. Imposible levantar. Llenan la vida de tristeza, agonía y desesperación. Lo dulce es amargo, imposible de digerir.

Confiemos en la bondad y la misericordia infinita de Dios. Y en San Pascual Bailón, que me avisará tres días antes. Lo único seguro es que el viaje está totalmente organizado y cerrado. Varía el momento. Yo lo tengo retrasado por mucho, mucho tiempo. Tengo mucho que disfrutar y poco por sufrir. Como en casi todas las fiestas la comida toma un papel principal, así que estos días huesos, buñuelos y dulces de piñones para nosotros y para ellos lamparillas, agua, fuerza para que continúen el buen camino.

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